martes, 30 de abril de 2013

Cuatro claves para lograr un marketing de contenidos no desesperado, según Pablo Neruda


La manera sencilla de poner en práctica el marketing de contenidos en el social media, de la mano de Pablo Neruda.


 Al recordar a este gran poeta y escritor chileno y su más recordado libro de poemas, aquel que también contiene una canción desesperada, encontramos en el fragmento final de esa canción estas frases: “Abandonado como los muelles en el alba. Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. Es la hora de partir. Oh abandonado!”  Lo anterior representa el escenario  opuesto al deseado para el social media de las marcas, pues ellas buscan “desesperadamente” enganchar a sus clientes potenciales por medio de contenido interesante, hacerles un claro llamado a la acción y finalmente convertirlos. Para lograrlo  Neruda, muy seguramente sin saberlo, nos dejó varios consejos entre las líneas de sus poemas.



La primera clave la encontré en el poema numero 5: “Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas…. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas.” Esto se trata de generar engagement y deberíamos usarlo como mantra todos los que estamos desarrollando social media marketing. De manera hermosa y por supuesto, poética, nos invita a saber que decir, como decirlo, teniendo en cuenta un tono y manera acorde a nuestro público objetivo, adaptarlo y alinearlo con sus intereses y motivaciones, y esmerarnos tanto como Pablo Neruda por lograrlo.

Sus instrucciones no paran ahí, apareciendo la segunda clave al referirse a la manera como por medio esas palabras indicadas (para nosotros se sumarian las fotos, videos e imágenes) podemos generar un contenido relevante y motivador, para la audiencia, conectándola de una manera especial, “Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las uvas.” En la web 2.0 y redes sociales, el  exceso de palabras y la retorica quedo en el pasado

Y Neruda continúa su lección, con la tercera clave pues luego de transformar sus palabras para captar la atención de su amada, él le hace un claro llamado a la acción: “Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.”  Solo le falto indicar en donde ella debía ingresar sus datos de contacto.

Actualmente, los medios digitales le entrega a las personas el poder de expresar lo que quieren y no quieren; de decidir el momento, el lugar y la manera para ser escuchados y escuchar; pasaron de un papel pasivo, a ser activos llegando incluso a  “gritar” el guión de los mensajes que les interesan y desean recibir. De esta manera cuando ellos no encuentran contenido relevante terminaran diciendo al igual que Neruda en su poema número 15 Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.”, pero todos sabemos que en las redes sociales esto se dice de una manera menos sutil. Por ello ahora las empresas y las marcas deben concentrarse más en escuchar y saber callar, seleccionando las palabras relevantes en su mensaje, generando rapport con las audiencias. Precisamente y aunque en aquel tiempo no se había acuñado dicho termino, el señor Neruda lo describía magistralmente Me gustas cuando callas… Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo.”



Ah, ¿y la conversión? Para alcanzarla hay que entender y aplicar las anteriores líneas de Neruda, en ello radica la cuarta clave: decir menos es decir más; no hacer ruido por hacerlo, callar en el momento indicado, escuchar las interacciones sociales y dejar que nuestras audiencias hablen, son los elementos que nos permiten identificar su intereses y diseñar los contenidos relevantes para por medio de ellos generemos el engagement, que con un correcto llamado a la acción, se traduzca en la anhelada conversión, aprovechando ese momento cero de la verdad (ZMOT) y poder obtener un final de poesía al estilo Neruda “Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.”

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